DEPRESIÓN POSTPARTO
DEPRESIÓN POSTPARTO
¿Qué es la depresión posparto?
Generalmente, se tiende a pensar que el embarazo y el posparto son un periodo de felicidad y bienestar. Esta creencia tan extendida se aleja en numerosas ocasiones de la realidad, siendo ambas etapas propicias para el desarrollo de problemas relacionados con la salud mental.
Durante el periodo de gestación es frecuente que los cambios hormonales y físicos, y el malestar asociado, lleven a tener cambios de humor que cursan con irritabilidad y tristeza.
No es tampoco infrecuente, que cuando sucede el nacimiento de un bebé aparezcan síntomas de tipo depresivo. La tristeza que experimentan algunas mujeres tras dar a luz es algo habitual, apareciendo en los primeros días tras el parto, y desapareciendo progresivamente tras una o dos semanas.
Este estado vital conocido como “baby blues” no posee entidad clínica, es decir, no es un diagnóstico mental que deba ser tratado, a diferencia de la depresión posparto, donde cobra una especial relevancia el diagnóstico y tratamiento precoz.
¿Como diferenciar la tristeza normal posparto o “baby blues” de la depresión posparto?
Los síntomas depresivos tras el parto, tienen su base en el cambio hormonal que aparece de forma brusca, así como en la asunción del nuevo rol de madre. Surgen diversos temores, como por ejemplo a enfrentarse a lo desconocido que supone la llegada del bebé, miedo a no poder acoplarse a los ritmos del pequeño, o a no saber que le sucede cuando llora.
Aparece cansancio secundario al hecho de tener que ocuparse del niño, falta de sueño y múltiples circunstancias que se relacionan con esta situación (cambios corporales, cambios en la relación de pareja y aumento de la responsabilidad, entre otras). Este episodio suele tener características leves y su duración es corta, alrededor de 2-3 semanas. Como se ha mencionado con anterioridad, no requiere diagnóstico ni precisa intervención psicoterapéutica.
Entonces, ¿Cuáles son los síntomas de la depresión posparto?
La depresión posparto ocurre cuando la tristeza y resto de sentimientos asociados a los primeros días tras el nacimiento del bebé, no desaparecen progresivamente, sino que persisten más allá de las 3 primeras semanas, manteniéndose la intensidad de la sintomatología o incluso agravándose.
Los síntomas son los mismos que aparecen en una depresión ocurrida en cualquier otro momento de la vida. Entre los más característicos encontramos: un estado de ánimo triste o deprimido (aunque es frecuente que exista una importante labilidad emocional o fluctuaciones en el estado anímico), pérdida del interés y de la capacidad de disfrute, y aumento de la fatigabilidad.
Un síntoma de especial relevancia es la aparición de intensos sentimientos de culpa e inutilidad. Suelen asociarse con las dificultades que el trastorno depresivo genera en relación con los cuidados materno-filiales, sintiéndose muchas mujeres especialmente culpables por tener sentimientos depresivos cuando creen que deberían estar contentas.
Otros aspectos a tener en cuenta son: cambios en el apetito que pueden cursar tanto con aumento como con disminución del mismo; irritabilidad; dificultades para conciliar el sueño o somnolencia excesiva; estado de agitación o enlentecimiento psicomotor e ideas de muerte. Las facultades cognitivas pueden verse afectadas, pudiendo aparecer dificultades para concentrarse, pensar y tomar decisiones. También puede estar presente una intensa preocupación por el bebé, o todo lo contrario, un bajo interés por él.
Suele angustiar mucho, aunque es un fenómeno relativamente frecuente en este tipo de trastornos, la aparición de sentimientos negativos hacia el bebé, que aunque resultan aterradores, casi nunca se materializan. No obstante, ante esto, es importante pedir ayuda lo antes posible.
¿Por qué aparece la depresión posparto? Factores de riesgo
El nacimiento de un hijo es un momento vital asociado a factores estresantes de naturaleza psicológica y social, con una base subyacente de fuertes cambios hormonales.
El posparto, también conocido como puerperio, es por tanto un periodo de vulnerabilidad psicológica específica, sobre todo en aquellas mujeres con fuerte carga familiar de historia de depresión, antecedentes personales de episodios depresivos previos, acontecimientos desencadenantes de estrés previos o durante el embarazo, falta de apoyo social, relaciones de pareja conflictivas, embarazo no deseado, parto prematuro, expectativas poco realistas acerca de la maternidad, o crianza difícil derivada distintas circunstancias.
¿Por qué es importante tratar de manera precoz la depresión posparto?
La importancia de un diagnóstico e intervención adecuados, radica en la repercusión que la depresión posparto puede tener a distintos niveles. No abordar la depresión durante esta etapa de la vida, se asocia a consecuencias relevantes para la madre, el hijo y la familia. Para la madre puede suponer el inicio de un trastorno depresivo recurrente y afectar gravemente a su calidad de vida.
En cuanto a la descendencia, la depresión en el puerperio puede menoscabar la relación de la madre con el bebé, afectando a su cuidado y al vínculo que se genera entre ambos. Puede producir una angustiante falta de sentimiento maternal, irritabilidad hostilidad e incluso rechazo e impulsos agresivos. La experiencia de depresión posparto se asocia a dificultades en el desarrollo psicológico del niño. Se relaciona con futuros problemas cognitivos, comportamentales, interpersonales y emocionales.
Un diagnóstico precoz y abordaje a tiempo de la depresión posparto, son factores clave para que esta evolucione de manera satisfactoria.