TRATAMIENTO TRASTORNO BIPOLAR
¿A QUIEN AFECTA?
El trastorno bipolar es un desorden afectivo frecuente que aparece entre un 0,7-3% de la población general, teniendo en cuenta todo el espectro bipolar. Se inicia normalmente hacia el final de la tercera década de vida.
SÍNTOMAS
La enfermedad, denominada históricamente psicosis maníaco-depresiva, se caracteriza por episodios o largos períodos de tiempo, de euforia e hiperactividad (fase maníaca o manía) que alternan con otros de depresión (fase depresiva).
DIAGNÓSTICO
El Trastorno Bipolar se considera un trastorno mental grave cuya presentación clínica puede ser heterogénea, pero con la alternancia cíclica entre la manía y la depresión.
- En las fases de manía puede predominar tanto la euforia como la expansividad o irritabilidad, que se puede acompañar de una autoestima exagerada, distraibilidad, impulsividad, hiperactividad, inquietud, verborrea, desinhibición, búsqueda de situaciones de riesgo o insomnio. En los casos graves, pueden aparecer síntomas psicóticos como delirios o alucinaciones.
- En las fases hipomaníacas, no aparecen síntomas psicóticos, pero es un estado extremadamente inestable.
- En las fases de depresión el paciente presenta una tristeza patológica, pérdida de interés así como de la capacidad para obtener placer; se encuentra abatido, con desesperanza, sentimientos de vacío interno y una intensa apatía; su pensamiento se vuelve lento, monótono y siempre con un tono pesimista.
- En las fases mixtas el paciente presenta una mezcla de síntomas maniformes y depresivos simultáneamente incluso en el mismo día. Hay gran predominio de irritabilidad, disforia y síntomas psicóticos.
El Trastorno Bipolar tipo I incluye la aparición de cuadros depresivos y maníacos, mientras que el Trastorno Bipolar tipo II incluye cuadros depresivos e hipomaníacos.
TRATAMIENTO
El Trastorno Bipolar permanece durante toda la vida del paciente, por lo que es indispensable recibir tratamiento farmacológico con medicación eutimizante (principalmente estabilizadores del estado de ánimo) para disminuir al mínimo la aparición de las fases de euforia y/o depresivas.
Como tratamiento complementario al farmacológico, se utiliza el tratamiento psicológico con el objetivo de contribuir a la prevención de recaídas en fases maníacas o depresivas, así como para un adecuado manejo de la enfermedad y adherencia al tratamiento farmacológico. Las intervenciones más frecuentes en pacientes con Trastorno Bipolar y que han mostrado buenos resultados son la Psicoeducación, la Terapia cognitivo-conductual, las intervenciones familiares enmarcadas en un enfoque psicoeducativo, así como la terapia interpersonal y de ritmos sociales. Lo destacable en estas intervenciones es que entrenan al paciente en la detección precoz y manejo de pródromos (antesala de una fase depresiva o maníaca), fomentan la regularidad en sus hábitos de conducta y le dotan de estrategias para el manejo del estrés.