Nuestro psiquiatra Carlos Sánchez Miñano nos ayuda a seguir comprendiendo la esquizofrenia. Además, nos da ciertas claves para aprender a relacionarnos con las personas que la padecen. ¡Comenzamos!
¿Cómo relacionarnos con las personas con esquizofrenia?
Las recomendaciones varían en función de la fase de la enfermedad.
- Fase inicial: La comunicación ha de ser lo más directa y clara posible. Hemos de usar frases sencillas y cortas. Además, hemos de hacer la preguntas de una en una. Es importante no restar importancia a las preocupaciones e inquietudes de la persona.
- Fase intermedia: Las personas se benefician de una vida estructurada. Para ello puede ser positivo hacer un calendario con actividades. No hemos de forzar, pero sí animar a participar en ciertas tareas. Conviene que nos mostremos cercanos, como figuras estables, pero sin agobiar a la persona.
- Fase de recuperación: Es un momento genial para fomentar su autoestima y su implicación en eventos sociales. Siempre hemos de respetar lo máximo posible sus deseos y motivaciones.
¿Cómo podemos reconocer una recaída?
Las recaídas son fácilmente reconocibles por los siguientes signos:
- Mala higiene personal.
- Escuchar voces.
- Excesiva sensibilidad al ruido a la luz.
- Comportamientos agresivos.
- Evitación de situaciones sociales y abandono de actividades y relaciones interpersonales.
- Tristeza, depresión, llanto fácil o risas repentinas.
- Dormir poco o en exceso.
Aprendiendo a convivir con la esquizofrenia:
Un gran desencadenante para la recaída puede ser el estrés. De esta manera, es importante tener presentes ciertas técnicas para disminuirlo. El paciente puede escribir una lista con las situaciones o actividades que le estresan y anotar estrategias para disminuir ese estrés. Es más recomendable hacer las cosas de una en una y no demasiadas el mismo día que hacer muchas cosas a diario.
Además, es fundamental evitar las drogas. En especial, hemos de evitar la marihuana. Esta sustancia puede desencadenar el episodio psicótico y aumentar los síntomas de tristeza y depresión.
Por añadidura, una alimentación saludable y el ejercicio mejoran la salud física y aumentan el bienestar emocional.