Prácticamente todos conocemos a alguien que sufre o ha sufrido algún tipo de temor fóbico. Se calcula que las fobias afectan a alrededor del 10% de la población mundial. Los temores fóbicos se caracterizan por el miedo irracional, la persona es plenamente consciente de su escaso sentido pero no puede controlar la reacción aversiva de su cuerpo. Algunas fobias son más comunes que otras, como es el caso de la talasofobia, en la que la persona experimenta un temor fóbico al océano. Cuando una persona sufre esta fobia puede evitar activamente ir a la playa o estar cerca del mar, incluso aunque no tenga intención de bañarse. Otro ejemplo de fobia común es la aerofobia, en la que la persona sufre un miedo intenso e irracional a volar. Algunas de estas fobias podemos trabajarlas en consulta utilizando las técnicas y herramientas de la desensibilización sistemática, muy útil para trabajar utilizando la exposición y la jerarquía.
Las fobias también se relacionan con la aparición de otros trastornos de ansiedad u otras patologías emocionales. Pueden ser perturbadoras para las personas que las sufren y los que les rodean, especialmente al ser algo tan difícil de entender.