Últimamente hemos podido oír hablar de un término que está popularizándose mucho en las redes sociales y es el conocido como FOMO, cuyas siglas significan Fear Of Missing Out. Traducido al español vendría a significar miedo a perderse algo.
No es ningún secreto que en los últimos 20 años el uso del teléfono móvil para prácticamente todo es una constante en nuestras vidas. El teléfono móvil constituía una herramienta muy útil en sus inicios para poder contactar de manera inmediata y en cualquier parte con otras personas, por lo que sabemos que su primera finalidad siempre fue la de fomentar las conexiones humanas en todo el mundo. Con el paso de los años y el increíble avance de la tecnología, el teléfono móvil se ha convertido en una extensión de nuestra mano para casi todo: cumple la función de alarma, agenda, cámara fotográfica, bloc de notas, álbum de fotos, medidor de actividad física diaria, entre muchas otras. No es de extrañar que cada vez dispongamos también de más formas de interconectar los unos con los otros a través del teléfono móvil, y ahí nacen las aplicaciones tipo red social.
Hay que señalar que el miedo a quedarse fuera a nivel social, perderse planes o experiencias que otras personas de nuestro entorno pueden estar disfrutando, probablemente haya existido desde que el ser humano comienza a socializar. La aparición de las redes sociales seguramente ha ayudado a poner de manifiesto este temor, ya que ahora tenemos a nuestro alcance la posibilidad de saber casi en cada momento dónde se encuentran nuestros seres queridos y qué están haciendo, temiendo encontrarnos con que nos hemos quedado fuera en alguno de esos momentos.
Las personas con FOMO pueden llegar a experimentar síntomas de ansiedad y estrés en lo referente a las relaciones sociales, llegando a experimentar inseguridad en las reuniones y eventos sociales o, en los casos más graves, evitando cualquier aparición social que pueda confirmar la sensación de aislamiento y soledad.
El FOMO puede trabajarse con herramientas basadas en la terapia cognitivo-conductual. No dudes en consultar con un profesional de la salud mental si sospechas que puedes estar sufriendo FOMO.