En invierno muchas personas experimentan alteraciones en el estado de ánimo, a menudo sin causa específica que explique el cambio anímico. A la conocida como “tristeza de invierno” se le suele denominar como TAE (trastorno afectivo estacional). Este se caracteriza por provocar cambios en el estado de ánimo, esto suele dar comienzo en los meses de otoño y puede experimentarse casi hasta la llegada de la primavera.
A este trastorno se le conoce también como depresión estacional. Algunos de los síntomas característicos del TAE son la tristeza, la irritabilidad, la astenia o la anhedonia.
Además, el trastorno afectivo estacional también puede provocar agotamiento a lo largo del día, alteraciones del ciclo de sueño y cansancio en las horas de trabajo.
Para muchos la tristeza de invierno tiene síntomas que son similares a la depresión. Las bajas temperaturas, la lluvia o la nieve y la considerable reducción del número de horas de luz solar ejercen una influencia significativa.
Otro factor que suele influir en la tristeza de invierno es la falta de vitamina D que es propiciada por el sol y que se encuentra involucrada en la síntesis de la serotonina y la dopamina en el cerebro.
Al llegar el invierno, la falta de luz hace que el cuerpo produzca mucha más cantidad de melatonina. La melatonina es un factor determinante cuando se trata de producir sueño, esto hace que nos sintamos somnolientos y apáticos.
Para afrontar los síntomas que se dan por la tristeza de invierno se recomienda hacer lo siguiente:
Gracias por leer nuestro artículo sobre el Trastorno Afectivo Estacional de MentSalud.