Entendemos el duelo como la reacción psicológica a la pérdida, sea del tipo que sea. Una persona es susceptible de desarrollar un duelo al perder su trabajo, al sufrir una separación o conflicto con personas importantes de su círculo o, por supuesto, al fallecer alguien querido. La mayoría de las veces las personas vivimos unos meses de inestabilidad emocional al enfrentarnos a la pérdida y, poco a poco, vamos reencuadrándonos y aprendemos a vivir con esa falta. No obstante, el duelo puede convertirse en un proceso psicopatológico difícil de solventar e integrar si existen factores que lo propician y empeoran la sintomatología.
Antes de profundizar en los factores de riesgo concretos que pueden patologizar el duelo, es importante hablar de la duración del mismo. En función del tipo de pérdida (y de la cercanía afectiva a la persona fallecida, en caso de que se trate de duelo por muerte), la mayoría de los especialistas coinciden en que entre los 3 y 6 primeros meses puede considerarse normal la aparición de la respuesta aguda ante la pérdida. Cuando hablamos de respuesta aguda nos referimos al llanto, la tristeza, los sentimientos de culpa o vergüenza y los pensamientos reiterativos acerca de la pérdida que constituye la sintomatología normal presente en cualquier tipo de duelo. Lo natural es que esta respuesta se vaya reduciendo en intensidad y en aparición conforme la persona va integrando la pérdida, aunque los profesionales suelen coincidir en que el duelo no se integra hasta pasados entre doce y veinticuatro meses.
Por ello, es importante señalar la duración del duelo como posible factor de riesgo a la hora de hablar de duelo patológico, si bien no es necesario que la persona haya manifestado sintomatología aguda de pérdida durante dos años. Podemos hablar de duelo patológico antes si la sintomatología que presenta el paciente resulta desbordante e incapacitan a la persona en diversas áreas funcionales de su vida (pareja, círculo social, familia, responsabilidades, trabajo, etc).
Este artículo ha sido documentado, escrito y publicado por la psicóloga Ana Sánchez, de MentSalud.