La muerte de Martin Luther King en el año 1968 supuso un duro golpe para muchísimos acérrimos que se habían aferrado a la creencia de que un mundo sin racismo era posible en la época. Probablemente, la maestra de primaria Jane Elliot debió de sentir que podía demostrar algo al mundo tras esta trágica pérdida, como de hecho así hizo con su famoso experimento “Ojos azules – ojos marrones”.
Como muchos experimentos de la Psicología Social, el que llevó a cabo Jane Elliot en 1968 no estuvo exento de crítica, a pesar de los reveladores resultados que arrojó. La maestra decidió separar al grupo de alumnos según su color de ojos, en función de si los tenían marrones o azules.
Una vez separados, a los alumnos de ojos azules les explicó que su color de ojos era señal de que eran mejores personas, menos violentos y más prosociales que los de ojos marrones. A los alumnos de ojos marrones les colocó una cinta en el brazo para que se distinguieran mejor y les prohibió beber de la fuente en el recreo. Además, a los de ojos azules les proporcionó cinco minutos más de recreo.
Lo que sucedió es que los alumnos de ojos azules comenzaron a comportarse con verdadera tiranía hacia los compañeros de ojos marrones. Estos ridiculizaban y se burlaban de ellos cada vez que alguno de estos alumnos daba una respuesta en clase.
Se produjo una alineación en la clase, los niños de ojos azules formaban equipos y se comportaban en contra de los de ojos marrones, provocando que estos dejaran de prestarse voluntarios para salir a la pizarra y dejaran de intentar buscar a sus compañeros para jugar.
Jane Elliot les dijo al día siguiente a los alumnos que lo que les había explicado el día anterior no era así. Que realmente las personas con ojos marrones eran más inteligentes y capaces que los de ojos azules. Lo que sucedió es que ambos grupos (alumnos con ojos azules y alumnos con ojos marrones) adoptaron perfectamente los roles correspondientes en cada ocasión de dominante y subordinado.
Esto provocó en los niños estados de supremacía o indefensión aprendida en función del mensaje que recibieran ese día de la maestra. Si bien controvertido, es innegable que este experimento arrojó información muy interesante acerca del racismo y de la interpretación que las personas hacemos de otras personas cuyas características físicas son, en apariencia, diferentes.
Gracias por leer nuestro artículo sobre Jane Elliot y el experimento que desafió el racismo en 1968 de MentSalud.