Cuando algo nos preocupa, es normal que nos asalten dudas y pensamientos relacionados con el objeto de nuestra preocupación. Necesitamos reevaluar la situación y contemplar todas las posibilidades que estén a nuestro alcance, incluso prepararnos para lo que pueda suceder. No obstante, estos pensamientos pueden convertirse en obsesivos, generándonos mucho malestar y la sensación de incapacidad para gestionarlos y detenerlos. Es lo que llamamos bucle obsesivo o pensamiento rumiativo.
La respuesta es simple: todos nosotros. No obstante, sí que observamos que unas personas tienen más tendencia que otras a rumiar, lo que calificamos como personalidad con tendencias obsesivas.
Además, estos pensamientos obsesivos no suelen ser de carácter positivo y optimista, más bien todo lo contrario. Lo normal es que sean preocupaciones catastrofistas y difíciles de detener, que dejan a la persona exhausta y con un estado anímico bajo. También pueden provocar alteraciones en nuestra autoestima y autoconcepto, convenciéndonos de nuestra incapacidad para gestionar esta situación adecuadamente.
Un buen especialista en salud mental puede ayudarnos a aprender a gestionar estas tendencias, así como la función de la rumia y por qué tendemos a mantenerla a pesar del desgaste que produce. Ejercicios basados en el Mindfulness, la meditación, o la reestructuración cognitiva resultan muy útiles para adoptar formas más adaptativas de pensamiento.
Gracias por leer nuestro artículo sobre Qué es el pensamiento rumiativo de MentSalud.