Son muchas las personas que sufren ansiedad y pánico a diario.
En España se estima que más de 6 millones de personas pueden padecer este trastorno. Para ellos, vivir puede convertirse en una angustia permanente.
Montar en avión, entrar en un centro comercial, conducir, o ir al cine, puede convertirse en una situación insuperable.
Muchos de ellos no saben siquiera lo que les pasa. Otros tantos tienen vergüenza de contarlo, incluso a sus seres queridos. Y lo que es más angustioso todavía, muchos creen que su problema no tiene tratamiento.
Los síntomas de la ansiedad, pueden ser muy distintos y de diversa intensidad.
Los más habituales son los sentimientos de ahogo y dificultad para respirar, taquicardias, palpitaciones y sudoración. Pueden aparecer también, sensación de mareo, hormigueo en las manos y entumecimiento en las piernas, visión nublada, temblor. En algunos casos aparece sensación de nudo en el estómago, náuseas y pérdida de control de la situación.
Estos síntomas pueden presentarse de repente, sin relacionarlos con ninguna situación en concreto. O bien, pueden estar asociados a determinados lugares o situaciones que provocan de forma intensa esa sintomatología ansiosa, como ocurriría en la agorafobia.
En la mayoría de los casos la persona acude inmediatamente al médico o a la puerta de urgencias de un hospital, temiendo por su vida. Sienten los síntomas de la ansiedad como una amenaza mortal para su cuerpo, y sienten y creen que pueden llegar a morir por ellos.
En otros casos sin embargo, las personas son conscientes de que sus miedos son irracionales, pero no pueden evitar la angustia, ni tampoco son capaces de hacerle frente a esas situaciones. De este modo continúan bloqueándose y evitando enfrentarse a todo aquello que pueda producirles un ataque de ansiedad.
Muchas veces, la ansiedad también se esconde bajo síntomas físicos difusos, que se pueden mantener durante mucho tiempo.
Los últimos estudios apuntan hacia una clara asociación entre ansiedad y problemas digestivos, como el colon irritable, así como otras afecciones cutáneas, o dolores de cabeza o musculares.
El estrés mantenido asociado a esta sintomatología ansiosa, puede hacer que esas afecciones se agraven o se mantengan en el tiempo.
Al tener todos estos síntomas, la persona empieza poco a poco a encerrarse en sí mismo y en sus sensaciones de ansiedad.
Comienza a evitar situaciones que anticipa como peligrosas y que le pueden disparar la angustia. Así la ansiedad se convierte en el centro de su vida, y su cuerpo con los síntomas ansiosos, se convierte permanentemente en su foco de atención y preocupación.
Sus pensamientos continuamente le amenazan con la posibilidad de tener que enfrentarse a situaciones que pueden dispararle la ansiedad, y piensa que no será capaz de controlar la situación. De esta manera, la persona se siente encarcelada en su propio cuerpo, que le amenaza constantemente.
Esta evitación continua de las situaciones, cada vez le lleva a sentirse más amenazado por la ansiedad, y sentirse más inseguro y amenazado por las situaciones cotidianas y por sus síntomas físicos.
Si estos síntomas se mantienen mucho en el tiempo, la persona puede desarrollar mucha inseguridad en sí misma, irritabilidad, problemas de relación con sus familiares cercanos. Puede aumentar el consumo de tóxicos, como el alcohol y el tabaco, con el fin de intentar paliar esos desagradables síntomas, o pueden aparecer sentimientos depresivos.
En una situación así, la familia y los amigos suelen proteger y acompañar a la persona para que no se sienta sola y no experimente esos angustiosos síntomas de ansiedad. Sin embargo, esta actitud natural de querer protegerle frente a esa angustia, puede incluso agravar el problema y no ayudar a solucionarlo.
Las causas para desarrollar un trastorno de ansiedad pueden ser muy diversas.
Algunas veces se asocia a vivir situaciones o acontecimientos traumáticos que hacen disparar esa sintomatología, otras, es debido a mantener un estilo de vida estresante o se asocia a una situación problemática particular.
También puede ser debida a una acumulación de pequeños estresores diarios mantenidos en el tiempo.
El estilo de vida actual, la crisis económica, las exigencias diarias, la falta de tiempo de descanso y el estrés, son algunos de los factores sociales que han hecho que estos trastornos de ansiedad hayan aumentado exponencialmente en los últimos años.
El tratamiento psiquiátrico y psicológico, son los tratamientos más indicados para solucionar los trastornos de ansiedad.
En Mentsalud Murcia, somos especialistas en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y el estrés.
El tratamiento está indicado para superar todos los motivos causantes y mantenedores de la ansiedad. Ayudando a la persona a poder disminuir esos síntomas ansiosos, así como manejar el estrés y el bloqueo que éstos le provocan en su vida diaria.
Es importante recordar que estos síntomas no son crónicos, que la ansiedad puede superarse, y la persona que los ha padecido puede volver a tener una vida sana, sin las limitaciones que la ansiedad ha querido provocarle.
La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) publica aquí un listado de todos los síntomas.