El trastorno antisocial de la personalidad se caracteriza por una tendencia a transgredir las normas sociales. El término “antisocial” se refiere a la persona cuyo comportamiento se muestra en contra de la sociedad o incluso en perjuicio de la misma. Se trata de una palabra ampliamente utilizada, aunque de manera errónea, para referirnos en la cultura popular a personas introvertidas que no buscan el contacto social, si bien esta definición encaja más en el término “asocial”.
Según el DSM-5 el trastorno de la personalidad antisocial se diagnostica cuando la persona tiene más de 18 años, muestra un historial previo de desprecio por normas y pautas sociales y tiene al menos 3 de los siguientes rasgos o comportamientos:
Además, resulta frecuente observar en personas con trastorno de la personalidad antisocial conductas de maltrato hacia animales y otros seres vivos. No resulta infrecuente encontrar historiales delictivos en personas con trastorno de la personalidad antisocial, así como conductas adictivas de todo tipo, ya sea con o sin sustancia. Es realmente difícil que una persona consulta con un profesional porque sea consciente de que cumple con alguno de los criterios de este trastorno. Generalmente, el paciente acude a consulta por otros motivos y es durante la terapia cuando los profesionales de la salud mental pueden discernir si la persona padece o no un trastorno de la personalidad antisocial.
Como en muchos otros trastornos de personalidad, las causas del trastorno de personalidad antisocial no están realmente claras. Algunos estudios señalan causas genéticas que, si bien por sí solas no explican la aparición del trastorno, parece que pueden predisponer a una persona a comportarse de manera antisocial. No obstante, la crianza errática, el abuso sexual infantil, la violencia física y psicológica en los primeros años de vida, entre otros, parecen factores que pueden relacionarse con la aparición de este complicado trastorno.
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