Nuestra compañera Beatriz Ruiz ha escrito con Javier Tirapu el capítulo Introducción a las Funciones Ejecutivas del libro “Funciones ejecutivas y aprendizaje: experiencias en educación superior” de la Editorial Aranzadi.
Aquí os dejamos algunos de los aspectos que podéis encontrar en este capítulo introductorio de este fantástico libro. Aprovechamos, ambos autores, para agradecer a Nuria Camuñas y a María Vaíllo, coordinadoras de este manual, la confianza depositada en nosotros así como la oportunidad de participar en la elaboración de esta obra.
Las funciones ejecutivas serían los procesos que asocian ideas, movimientos y acciones y se encargan de orientarlos hacia la resolución de problemas.
El proceso del aprendizaje se basa en la adquisición de conocimientos y el permitir posibles cambios, a través de la experiencia. Esta adquisición y estos cambios se presuponen más o menos permanentes y estables.
Dentro del proceso de aprendizaje, se encontrarían la potenciación y mejora de las funciones ejecutivas. Ya que éstas guían nuestra conducta en las diferentes situaciones a las que nos debemos enfrentar en nuestro día a día.
Para ello, es importante que desde pequeños, animemos a los niños a imitarnos, de tal modo que recojamos los juguetes con ellos en lugar de recogérselos nosotros. Para mejorar su velocidad de procesamiento, será importante que aprendan bajo la presión del tiempo. Practicaremos con ejercicios para intentar que mantenga información “en línea” durante unos segundos, y así potenciaremos su memoria de trabajo.
Otros componentes clave del aprendizaje son la inhibición y la flexibilidad cognitiva. El primero se basa en el control de los distractores, algo que es fundamental para poder adquirir conocimientos. El segundo consistiría en enseñar a los niños a plantear distintas soluciones ante un mismo problema así como a potenciar su capacidad de utilizar distintos criterios para analizar una realidad o generar interpretaciones alternativas diferentes de las suyas.
La planificación es otro aspecto clave en el aprendizaje. Por ello es importante que les enseñemos a planificarse para que así guíen su propia conducta. Y eso podemos hacerlo potenciando su capacidad para realizar ensayos mentales.
Finalmente, enseñarles a tomar decisiones sería el último punto a trabajar con ellos. Y para ello, no queda otra que integrar razón y emoción. Porque, queramos o no, nuestras decisiones están cargadas de componentes emocionales. Esto es lo que nos hace humanos…