Una investigación realizada el pasado año en EEUU con más de 4.000 adultos afirma que la mayoría de los pacientes han ocultado, al menos una vez, información médica importante a los profesionales sanitarios que les atiende.
La comunicación del paciente hacia el profesional sanitario es la base para el establecimiento de una adecuada relación terapéutica. Los profesionales sanitarios parten de la confianza de que el paciente será honesto y aportará información necesaria sobre su salud para poder facilitar un diagnóstico adecuado y por tanto una buena planificación en el tratamiento.
En ocasiones la falta de información se debe al miedo de ser recriminados o juzgados negativamente, vergüenza, no querer reconocer un problema, no dar la imagen de ser un paciente complicado, temer que la información transcienda, no querer abusar del tiempo del profesional y/o considerar que lo que están ocultando no es de gran importancia ni relevante para el sanitario etc.
Al no recibir la información adecuada por parte del paciente, los profesionales clínicos se enfrentan a un riesgo que puede afectar al diagnóstico y a la eficacia de la intervención.
Es importante tener en cuenta que todos los sanitarios, por ley y por nuestro Código Deontológico, estamos obligados a mantener el secreto profesional y, por tanto, dar una garantía absoluta de confidencialidad, manejo de la información y privacidad de los datos recogidos.