El pasado viernes se estrenó en nuestros cines la película Pastel de pera con lavanda.
Es una comedia romántica francesa, escrita y dirigida por el cineasta Éric Besnard (600 kilos de oro, La sonrisa del payaso) y protagonizada por Virginie Efira (Un hombre de altura, 20 años no importan) y Benjamín Lavernhe (El caso SK1, Radiostars) en los papeles protagonistas.
Louise Legrand es una mujer viuda que vive sola con sus dos hijos en el corazón de la Provenza, donde intenta conservar los cultivos de la familia, un negocio que llevaba su marido, pero que no está atravesando un buen momento. Un día, tras un inesperado accidente, en el que casi atropella a un hombre con su coche, su rutina cambia…Esa persona resulta ser diferente de la mayoría de la gente. Es tal lo que despierta este hombre en ella, que empieza a tener la intuición de que él puede cambiar su vida para siempre.
El Síndrome de Asperger es un tipo de Trastorno Generalizado del Desarrollo en el que la persona, tiene dificultades en las relaciones sociales, suelen ser ingenuos, sin conciencia de los sentimientos e intenciones de los demás, con problemas para iniciar o mantener conversaciones, se alteran ante cambios en sus rutinas, presentan una comprensión del lenguaje muy literal, con dificultad para entender bromas, o expresiones con doble sentido, además suelen tener fijación por un tema del que pueden llegar a ser auténticos expertos. Pero a la vez, esa ingenuidad puede despertar ternura en su entorno más cercano, si algo los caracteriza es su extremada sinceridad, son nobles y cuando confían en ti, fieles y leales.
Esta película ilustra el caso de un joven con Síndrome de Asperger. Entre las personas con este síndrome, cada uno tiene sus propias características, como ocurre con todas las personas. Como decía Hughes «cuando perdemos el derecho a ser diferentes, perdemos el privilegio de ser libres».