Los trastornos del sueño tanto en la infancia como en la edad adulta se clasifican en:
Las pesadillas se consideran sueños desagradables, que producen un estado emocional de miedo, ansiedad y/o tristeza.
Comúnmente contienen imágenes de situaciones de peligro, de malestar físico o psicológico.
Al despertar se puede sentir alivio al descubrir que era un sueño y no la realidad, pero lo más frecuente es que persista el estado de malestar físico y emocional, que se prolonga en el tiempo en mayor o menor medida dependiendo del nivel de activación que ha experimentado la persona.
Los terrores nocturnos son episodios de pocos minutos de duración en los que el niño/a puede llorar, gritar y moverse sin estar realmente despierto. Provocan sentimientos de terror o desconsuelo en el niño/a que los padece.
No se suelen despertar y en caso de hacerlo, no recuerdan lo sucedido.
En la tabla de arriba se especifican las diferencias entre terrores nocturnos y pesadillas.
Tanto las pesadillas como los terrores nocturnos son relativamente frecuentes en la etapa infantil y no revisten gravedad.
Está indicado consultar con especialistas, cuando son tan frecuentes que impiden un adecuado descanso del niño, le interfieren en su vida diaria, en su rendimiento académico y/o en sus relaciones sociales y familiares.
En ocasiones, si el niño tiene fobia a la oscuridad, esto puede provocar que se acueste muy nervioso, con una elevada activación psicofisiológica y por tanto sea más vulnerable a sufrir durante la noche pesadillas y/o terrores nocturnos. En estos casos, tratando la fobia a la oscuridad, estos trastornos del sueño suelen remitir.
En Mentsalud Murcia contamos con un equipo multidisciplinar de psicólogo infantil y psiquiatra infantil que se coordinan para tratar este tipo de trastornos del sueño en los niños, dando respuestas rápidas a la demanda del menor y sus padres.